Un problema con la deglución (disfagia) es un síntoma que acompaña a numerosos trastornos neurológicos. El problema se puede presentar en cualquier etapa del proceso normal de la deglución conforme el alimento y el líquido pasan por la boca, descienden por la parte posterior de la garganta, pasan por el esófago y llegan al estómago. Las dificultades pueden oscilar desde una incapacidad total para tragar, hasta la tos o el ahogo cuando los alimentos o líquidos entran a la tráquea, situación conocida como aspiración. Cuando la aspiración es frecuente la persona puede correr el riesgo de sufrir una neumonía. La comida se puede quedar «atorada» en la garganta o la persona puede babear porque no puede tragarse la saliva.
Los problemas neurológicos que causan dificultades con la deglución incluyen el accidente cerebrovascular (la causa más frecuente de disfagia), el traumatismo cerebral, la parálisis cerebral, la enfermedad de Parkinson y otros trastornos neurológicos degenerativos como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA, tambiénconocida como enfermedad de Lou Gehrig), la esclerosis múltiple, la parálisis supranuclear progresiva, la enfermedad de Huntington y la miastenia gravis. La distrofia muscular y la distrofia miotónica se acompañan de disfagia, la cual también es el síntoma cardinal de la distrofia muscular oculofaríngea, un trastorno genético progresivo poco común.
Así, el hecho de poseerlas evita la ansiedad en situaciones sociales difíciles o novedosas, facilitando la comunicación emocional, la resolución de problemas y la relación con los demás, siempre y cuando se adecuen al contexto.
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Si se carece de ciertas habilidades sociales el afrontamiento de las situaciones será pasivo, evitándolas y accediendo a las exigencias de los demás. Pero también se puede caer en la agresividad, imponiendo criterios e infringiendo los derechos de los demás.
Tipos de habilidades Sociales
Existe un gran número de habilidades sociales pero a nivel general podemos distinguir dos tipos que engloban y organizan al resto: las habilidades sociales básicas y las habilidades sociales complejas. Así, entre las habilidades básicas podemos encontrar saber escuchar, hacer preguntas, dar las gracias, iniciar y mantener una conversación, presentarse o hacer cumplidos.
Habilidades complejas incluyen conductas como saber disculparse y pedir ayuda, admitir la ignorancia, afrontar las críticas o convencer a los demás.
Hay que tener en cuenta que es necesario aprender las primeras para desarrollar el segundo tipo de habilidades y que cada situación demandará unas u otras, dependiendo de las características y dificultad de las mismas.
¿Por qué es tan importante un buen manejo de las habilidades sociales?
Como podemos observar, el tema de las habilidades sociales se encuentra presente en nuestra vida diaria, ya sea tanto por la presencia de estas como por su ausencia, tanto en ambientes familiares, laborales como entre amigos. Aprender y desarrollar estas habilidades en uno mismo es fundamental para conseguir unas relaciones óptimas y satisfactorias con los demás.
Son numerosos los beneficios que obtendremos con su puesta en práctica, como conseguir que no nos impidan lograr nuestros objetivos, saber expresarnos y tener en cuenta los intereses, necesidades y sentimientos ajenos. También nos ayudarán a obtener aquello que queremos, a comunicarnos satisfactoriamente con los demás y facilitar una buena autoestima, entre otros aspectos.
© (2018) Clinica Intelego